EXTRAIDO DE http://www.foroalfa.com/ (Foro sobre diseño).-
Bruno Munari lo deja muy claro al decir que «cuando un artista comercial de estos de hoy en día, con la intención de no dejarse pasar por sus competidores, pretende actualizarse y al mismo tiempo crear obras de diseño (concepto mágico y preocupante, pero muy a la moda), lo hace siempre en su estilo personal, y así termina haciendo una trabajo de estilista y no de diseñador. […] Al contrario del artista y del estilista, el diseñador no posee un estilo personal al que puede recurrir para resolver formalmente sus problemas. Lo que el verdadero diseñador produce no presenta particularidades estéticas que permitan caracterizarlo». (Bruno Munari, 2001, p. 49 y 53)
Mientras que el estilista empieza su proyecto basándose en su estilo y solo después integra otras variables, el diseñador empieza por comprender el problema —sin conocer cual será el aspecto de la solución— y centrándose en la finalidad y la utilidad del futuro objeto. Bruno Munari (2001, p.54) aclara que, al contrario de lo que ocurre con artistas y estilistas, «solo un verdadero análisis crítico de obras existentes podrá eventualmente detectar algún elemento constante que permita caracterizar la obra de un diseñador. Esa constante puede ser considerada un estilo o un modo específico de enfrentar y resolver los problemas mediante la aplicación de un método objetivo. De todos modos, un verdadero diseñador no se preocupa por el estilo».

Aunque la conducta de una empresa diga mucho sobre la imagen corporativa, el estilo gráfico muestra la identidad de algo, hace suponer que una empresa o persona es lo que aparentan sus representaciones. Por eso no es deseable, ni ético, ni funcional, que esas representaciones sean contradictorias o aleatorias. «Si verificamos que un estilo, o sea, una apariencia, es coherente con su ser, entonces experimentamos la vivencia de lo que significan las nociones de globalidad, totalidad, integridad. Si, en cambio, no hallamos coincidencia entre ser y apariencia, experimentamos la incoherencia, lo no verdadero, el aparentar, el engaño». (Yves Zimmermann, 1998, p. 85)

Cuando el diseñador aplica el estilo en forma inadecuada, más allá del valor artístico que pueda tener su trabajo, su intervención no puede considerarse profesional: será un gran artista o estilista, pero un pésimo profesional del diseño.
No confundir la disciplina del diseño con la técnica, las herramientas ó con la metodología.
Del latín stilus (estaca, tallo ó punzón para escribir), se utiliza para referirse a la forma peculiar de expresarse ó mostrarse al nivel de la conducta y visualmente.
BESTLE, Russell, NOBLE, Ian - Nuevo diseño de Carteles. México: Ediciones Gustavo Gili. 2002
Bibliografía
ZIMMERMANN, Yves. «Del Diseño», Barcelona, Editorial Gustavo Gili. 1998. ISBN: 84-252-1780-6
CHAVES, Norberto. «El oficio de diseñar - Propuestas a la conciencia crítica de los que comienzan», Barcelona, Editorial Gustavo Gili, 2001. ISBN: 84-252-1840-3
MUNARI, Bruno (2001). «Artista e Designer», Colecção Arte & Comunicação, Lisboa, Edições 70. 2001. ISBN: 972-44-1179-6
MARTÍNEZ-VAL, Juan. «Comunicación en el diseño Gráfico: la lógica de los mensajes visuales en diseño, publicidad y internet», Madrid, Ediciones del Laberinto. 2004. ISBN: 84-8483-075-6
POTTER, Normana. «Qué es un diseñador: objetos, lugares, mensajes», Piados Estética 24. Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica, 1999. ISBN: 84-493-0657-4
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